Hombro congelado

Hombro congelado: qué es y cómo detectarlo a tiempo

El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una afección que provoca dolor intenso y rigidez en la articulación del hombro, limitando significativamente su rango de movimiento. Esta condición suele desarrollarse de forma progresiva y puede afectar gravemente la calidad de vida, dificultando actividades cotidianas como vestirse o alcanzar objetos.

Detectar el hombro congelado en sus etapas iniciales es fundamental para un tratamiento efectivo. Los primeros síntomas incluyen un dolor persistente, que puede aparecer incluso sin una lesión previa, y una sensación de rigidez que va empeorando con el tiempo. Identificar estos signos permite iniciar terapias que eviten la progresión severa de la enfermedad.

Según estudios recientes, esta condición afecta aproximadamente al 2-5% de la población general, siendo más frecuente en mujeres entre 40 y 60 años. La detección temprana y el diagnóstico adecuado son claves para mejorar el pronóstico y acelerar la recuperación.

Diferencias con otras lesiones del hombro

El hombro congelado se diferencia de otras lesiones comunes del hombro, como la tendinitis, bursitis o desgarros del manguito rotador, principalmente por su patrón de rigidez progresiva y dolor constante, incluso en reposo. Mientras que otras afecciones suelen presentar dolor localizado y movilidad limitada solo durante ciertos movimientos, la capsulitis adhesiva afecta de manera global la articulación.

Otra característica distintiva es la duración y evolución de los síntomas. En el hombro congelado, la rigidez puede mantenerse durante meses o incluso años, pasando por fases específicas de inflamación, congelación y descongelación. Esto contrasta con lesiones musculares o tendinosas, que suelen mejorar con reposo y tratamiento en un plazo más corto.

Para un diagnóstico preciso, es fundamental la evaluación médica que incluya historia clínica, examen físico y, en algunos casos, estudios de imagen. Esto ayuda a descartar otras patologías y a diseñar un plan de tratamiento adecuado.

dibujo de ejercicios

Factores de riesgo y fases de la capsulitis adhesiva

Existen varios factores que aumentan la probabilidad de desarrollar hombro congelado. Entre los más relevantes se encuentran la diabetes, que eleva el riesgo hasta en un 10-20%, y las enfermedades tiroideas, tanto hipotiroidismo como hipertiroidismo. Además, la inmovilización prolongada del hombro, ya sea por lesiones o cirugías, puede desencadenar esta afección.

La enfermedad se desarrolla en tres fases bien definidas. La primera es la fase inflamatoria, caracterizada por un dolor intenso que puede empeorar rápidamente. En la segunda, conocida como fase de congelación, la rigidez progresiva limita el movimiento del hombro de forma significativa. Finalmente, en la fase de descongelación, el dolor disminuye y la movilidad comienza a recuperarse, aunque este proceso puede extenderse durante varios meses.

Comprender estas fases es crucial para adaptar el tratamiento y las expectativas del paciente. 

Ejercicios para recuperar la movilidad del hombro

La terapia física es fundamental en el tratamiento del hombro congelado. Los ejercicios específicos ayudan a restaurar el rango de movimiento y fortalecer la musculatura alrededor de la articulación, favoreciendo la recuperación funcional.

Entre los ejercicios recomendados se encuentran los estiramientos suaves y progresivos que evitan la inmovilización prolongada, uno de los principales factores de riesgo para esta enfermedad. Es importante que estos ejercicios se realicen bajo la supervisión de un profesional de la salud para evitar lesiones y asegurar una correcta ejecución.

Además de la terapia física, existen tratamientos complementarios como la hidrodilatación, que consiste en la inyección de solución salina y corticoides para aumentar el volumen articular y mejorar la movilidad, y la terapia con ondas de choque (Hilterapia®), que ha mostrado resultados prometedores, especialmente en pacientes diabéticos.

Movimientos sin dolor para iniciar la rehabilitación

Al comenzar la rehabilitación, es fundamental realizar movimientos que no generen dolor intenso para evitar la inflamación y favorecer la adherencia al tratamiento. Movimientos suaves y controlados, como la elevación del brazo hasta un punto cómodo y rotaciones lentas, son ideales para esta etapa inicial.

dibujo de cuerpo

El objetivo es mantener la articulación activa sin forzarla, promoviendo la circulación y evitando la rigidez adicional. La constancia en estos movimientos, combinada con técnicas de relajación muscular, puede acelerar la fase de descongelación y mejorar la calidad de vida del paciente.

Para quienes buscan complementar estos movimientos, la terapia con ondas de choque ha demostrado ser una opción eficaz para reducir el dolor y mejorar la función articular.

Ejemplo práctico: ejercicio de Codman en bipedestación

El ejercicio de Codman es una técnica clásica y efectiva en Clínica RIN para iniciar la rehabilitación del hombro congelado. Se realiza en bipedestación (de pie), permitiendo que el brazo afectado cuelgue libremente y se mueva con la ayuda del balanceo del cuerpo.

Para realizarlo, el paciente debe inclinarse ligeramente hacia adelante y dejar que el brazo cuelgue relajado. Luego, se realiza un movimiento pendular suave, balanceando el brazo hacia adelante y hacia atrás, y luego en círculos pequeños. Este movimiento ayuda a movilizar la articulación sin generar tensión ni dolor.

Este ejercicio debe realizarse durante varios minutos, varias veces al día, y es ideal para la fase inicial de la rehabilitación, facilitando la recuperación progresiva del rango de movimiento.

Estrategias para prevenir rigidez y mejorar la función

Prevenir la rigidez en el hombro es posible mediante una combinación de estrategias que incluyen la detección temprana, el mantenimiento de la movilidad y la consulta médica oportuna. Evitar la inmovilización prolongada es fundamental, por lo que se recomienda realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento bajo supervisión profesional.

Además, en casos de dolor persistente o rigidez creciente, es importante acudir a un especialista para recibir un diagnóstico adecuado y considerar tratamientos avanzados como la embolización arterial, que bloquea el flujo sanguíneo hacia la cápsula articular inflamada en casos resistentes a terapias convencionales.

Los avances tecnológicos, como el uso de robots de rehabilitación que incorporan el ritmo escapulohumeral, están revolucionando la recuperación funcional en pacientes con hombro congelado, ofreciendo nuevas esperanzas para quienes enfrentan esta condición.

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