La tendinitis es una afección común que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a atletas, trabajadores manuales y quienes realizan movimientos repetitivos. Se caracteriza por la inflamación o irritación de un tendón, que es la estructura fibrosa que conecta el músculo con el hueso.
Tendinopatía: el término correcto
Aunque comúnmente se utiliza el término “tendinitis”, el término médico más adecuado es “tendinopatía”. Esto se debe a que muchas veces la condición no solo implica inflamación, sino también degeneración y cambios estructurales en el tendón. La tendinopatía engloba tanto la inflamación aguda como las alteraciones crónicas que pueden afectar la función del tendón.
Este matiz es importante porque influye en el enfoque del tratamiento. Mientras que la inflamación puede responder bien a antiinflamatorios y reposo, las tendinopatías crónicas requieren estrategias más complejas que incluyen rehabilitación y terapias regenerativas. Por ello, un diagnóstico preciso es clave para elegir la mejor opción terapéutica.
Además, es fundamental entender que la tendinopatía puede afectar a cualquier tendón del cuerpo, siendo los más comunes aquellos en los hombros, codos, muñecas, rodillas y talones. La prevalencia de estas lesiones ha aumentado en los últimos años, especialmente entre personas activas y deportistas.
La sobrecarga, la falta de calentamiento adecuado y la técnica incorrecta durante la actividad física son factores que contribuyen a la aparición de esta condición. Por lo tanto, la educación sobre la prevención y el cuidado de los tendones es esencial para mantener una buena salud musculoesquelética.
Tipos de tendinopatía y diagnóstico
Existen varios tipos de tendinopatía, dependiendo del tendón afectado y la actividad que la haya provocado. Entre las más frecuentes se encuentran:
- Tendinitis de Aquiles: Es la más común en corredores, representando aproximadamente el 45% de las lesiones por sobreuso en este grupo. Se manifiesta con dolor en la parte posterior del talón y puede limitar significativamente la movilidad.
- Tendinitis del manguito rotador: Afecta cerca del 2% de la población general cada año. Es frecuente en personas que realizan movimientos repetitivos por encima de la cabeza, como pintores o nadadores.
- Tendinitis rotuliana o de la rodilla: Muy común en atletas universitarios, con una prevalencia que varía entre el 14% y el 25%. Se caracteriza por dolor en la parte frontal de la rodilla, especialmente al saltar o correr.
El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico y, en algunos casos, estudios de imagen como ecografías o resonancias magnéticas para evaluar el grado de daño y descartar otras patologías.
Rehabilitación efectiva de la tendinopatía
La rehabilitación es un pilar fundamental para la recuperación de la tendinopatía. El tratamiento conservador inicial suele incluir reposo relativo, aplicación de hielo, compresión y elevación (método R.I.C.E.), que ayudan a disminuir la inflamación y el dolor.
Una vez controlados los síntomas agudos, es esencial iniciar un programa de fisioterapia que incluya ejercicios específicos para fortalecer el tendón afectado y mejorar su flexibilidad. Estos ejercicios deben ser progresivos para evitar recaídas y promover la regeneración del tejido.
Además, el uso de medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) puede ser útil para manejar el dolor, aunque no deben ser la única estrategia. En casos más resistentes, terapias avanzadas como las inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP) han demostrado favorecer la cicatrización y acelerar la recuperación.
Importancia de la terapia manual
La terapia manual es un componente clave dentro del tratamiento integral de la tendinopatía. A través de técnicas específicas, el fisioterapeuta puede mejorar la movilidad articular, reducir la tensión muscular y favorecer la circulación sanguínea en la zona afectada.
Estas técnicas no solo alivian el dolor, sino que también contribuyen a restaurar la función normal del tendón y prevenir futuras lesiones. La terapia manual combinada con ejercicios terapéuticos suele ofrecer mejores resultados que el uso aislado de cualquiera de estas modalidades.
Ejercicios que aceleran la recuperación
Incorporar ejercicios adecuados es fundamental para acelerar la recuperación y fortalecer el tendón. Entre los más recomendados por Clínica RIN se encuentran los ejercicios excéntricos, que consisten en alargar el músculo mientras se contrae, ayudando a remodelar el tejido tendinoso y aumentar su resistencia.
Por ejemplo, para la tendinitis de Aquiles, los ejercicios excéntricos de gemelos son ampliamente utilizados y han demostrado mejorar significativamente los síntomas. En la tendinitis rotuliana, ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps y estiramientos controlados son esenciales.
Es importante que estos ejercicios sean supervisados por un profesional para asegurar una correcta ejecución y evitar sobrecargas. La constancia y la progresión gradual son la clave para una recuperación exitosa y la prevención de recaídas.
La tendinitis es una condición que, aunque común, puede afectar gravemente la calidad de vida si no se trata adecuadamente. Con un diagnóstico oportuno, un plan de tratamiento integral que incluya terapia manual y ejercicios específicos, y la adopción de medidas preventivas como la ergonomía y la educación, es posible minimizar su impacto.